Noche Lluviosa...




 

 
 
Se alzaban las nubes grises invadiendo el horizonte, en un vaivén tardío pero certero, llovería sin duda alguna, sería una noche de esas en las que no se debe dormir solo. El trueno contaba a lo lejos que el temporal traía invitaciones al deseo de madrugada, los cuerpos se amoldarían a las formas, las mentes se mezclarían entre suspiros y temblores, la aurora envidiaría llegar tarde al festín.

Saliste del baño envuelta en la toalla, sonriente y con picardía en la mirada, te sentaste a un lado y me pediste que dejara de escribir para ponerte crema en la espalda, cosa que con mucho placer comencé a hacer mientras seguías sonriente mirando hacia la puerta del baño. La curiosidad no se hizo esperar y te susurré al oído, preguntando el por qué de esa sonrisa, me contaste que mientras te duchabas cerraste los ojos y volaste en pensamientos y sentires, recorriéndote con caricias que te llevaron al éxtasis, pensando en lo que haríamos esta noche mientras llovía.

La brisa comenzó a soplar fuerte, la tormenta era inminente, me paré a cerrar las ventanas y de regreso al pararme frente a ti, noté que me mirabas y te acariciabas, habías comenzado la fiesta sin mi, te recostaste y me invitabas sólo a verte mientras me dabas bocadillos de deseo en cada roce de tus dedos en tus partes, entreabriendo la boca, mordiéndote los labios.

Me senté en la cama y comencé a recorrerte con leves roces de mis labios en tu piel, sabía cuanto te gustaba eso, sin ir directo al grano, bordeando el cauce, creando causas....y consecuencias en tu cuerpo que se estremecía con placer y libertad. Un relámpago te hizo brincar por el sonido estruendoso, me acercaste más a ti, para frotarte con mi cuerpo, calentando mis poros, encendiendo la llama, alimentándola con madera de mi cuerpo que ya te deseaba.

Creamos nuestra propia tormenta perfecta, entre humedades, temblores y el vaivén de dos cuerpos que se entregaban sin tabúes al sentir expreso, sellando historias con besos, creando prosas mojadas, brindando con caricias por una madrugada desnuda y deseosa de aquella Noche lluviosa...


José Rafael Rivero ®
Copyright 2015
29 de Diciembre del 2015.-


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