Esperándote...




Sale el sol, con él, un nuevo día se perfila, caluroso, dinámico. Como siempre te pienso, es algo muy mío, como respirar, más que una rutina es una manera de vivir, los días pasan indiferentes a mi necesidad de verte, ellos llevan la cuenta, yo ya la perdí.  Hay silencio esta mañana, las aves no cantan como de costumbre, o es que no las escucho perdido en mis pensamientos..

A lo lejos, un zumbido, mi conciencia me trae a tierra firme, es un mensaje de texto, había quedado rezagado de la noche anterior, dice que me deseas una feliz noche y que ojalá y nos encontremos en nuestros sueños más profundos. Al leerlo, me viene a la mente el recuerdo de un sueño que había tenido en la madrugada. Estaba en una estación de ferrocarril, sentado en el andén, con una rosa en la mano, en el bolsillo tu golosina favorita, escuchaba música en mis audífonos, sonaba nuestra canción cuando el vapor apareció y con él, el tren de esa hora..

Personas bajaban tropezándose entre ellas, con caras de apurados. Yo revisaba con la mirada los vagones, las personas que salían, no lograba ubicarte, intentaba mantener la calma pero de a ratos me vencía entre los empujones de la gente saliendo de los vagones. Ya todos habían salido, volteaba de un lado a otro y no te encontré por más que insistí. Los minutos pasaban, ya el tren había partido de nuevo, el vapor se disipaba, poco a poco iba quedando solo en aquel andén. A los minutos, un nuevo tren se hacía presente y allí estaba yo de nuevo, nadando contra la corriente de gente buscándote sin suerte alguna..

Los días fueron pasando y cada mañana me acercaba al terminal del tren a esperarte, ya sentado a un lado en el andén, con una pequeña flor y aquella golosina en mi bolsillo, escribía versos que quería leerte, hacía dibujos sobre tí, me vencía el cansancio pensándote, seguía esperándote.. El tiempo transcurrió sin que cambiara mi rutina diaria de ir al andén, ya los más jóvenes me señalaban, los niños se acercaban a ver mis dibujos que cada vez eran más perfectos, tu rostro lozano, como la última vez que te ví, hace tanto tiempo que había pasado y lo recordaba como si fuera sido ayer..

Al tiempo, una señora muy bonita se me acercó, traía en sus manos uno de mis dibujos, algunos chicos me dejaban monedas y les daba alguno de mis dibujos, aquel, por el papel y por el contenido, se veía que tenía mucho tiempo guardado, ella, la señora, me preguntó quién era esa chica del dibujo, que representaba para mí, le contesté que era la mujer que amaba con todas mis fuerzas y que, esperándola a ella allí cada día, había decidido plasmar su rostro tal cual la última vez que la tuve frente a mí. Ella, me tomó de la mano para ayudar a incorporarme, al mirarla directo a los ojos encontré algo en esa mirada que me era familiar, su hermosa sonrisa me llenaba de una paz increíble que me hizo suspirar muy fuerte.. Temblando mis manos y con una lágrima que se escapaba de mis ya desgastados ojos, entendí que esa hermosa señora era ella, había valido la pena estar siempre allí a la espera, el tiempo pasó, pero nunca mi ilusión, mi amor, ella sonrió y besó mi frente, también tenía lagrimas en sus mejillas y sus labios temblaban, me ayudó a recoger los dibujos y me tomó de la mano, mi cuerpo se estremeció, y vacilante levanté la mirada, le dediqué mi más tierna sonrisa y me acerqué a sus labios posando los míos muy suavemente sobre ellos, ella me miró apaciblemente, me tomó del brazo y juntos salimos del andén, caminando..

Me detuve un momento y regresé a la velocidad que me permitían los años, saqué de detrás del asiento una pequeña flor que había dejado allí como cada día por si volvías. Regresé a ti y besándola te la entregué y metiendo la mano en mi bolsillo, saque tu golosina preferida y al dártela sonreíste y me abrazaste tan fuerte como la última vez que lo hiciste... allí te susurre al oído: Te Amo y sin que importe cuánto tiempo más pase, siempre te amaré...


José Rafael Rivero ® Derechos Reservados
@LetrasySentires

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