Bésame Anocheciendo...






Comenzaba un domingo diferente a los anteriores, decididos a cambiar la rutina del día a día, y aprovechando los chicos estaban de vacaciones lejos, decidimos darnos un baño a orilla del mar. Decidimos almorzar en un restaurante cercano a la playa y beber unos tragos, recordando momentos vividos en ambientes marinos. Luego de una caminata por la orilla, tomados de la mano, sonrientes, enamorados, decidimos darnos un baño en aquellas aguas que invitaban a un momento diferente en aquel paisaje soñado...

Un cielo azulado y un sol entregado a su pasión calentaba la arena y el agua mantenía una temperatura deliciosa, provocaba estar todo el día en ella. El oleaje, suave vaivén se mecía continuo y delicado abrazando tu cuerpo. Hermosa como siempre, batías tus cabellos al viento mientras te adentrabas en aquellas aguas sugerentes. Me inquietaba ver como tu piel se erizaba en cada paso, mientras tu cuerpo se iba sumergiendo, poco a poco. Tu mirada y tu sonrisa, la combinación perfecta en aquel paisaje, deleitaba mi visión, acompañada de aquella silueta que conocía a la perfección, cada poro, cada curva... Recuerdos sensuales venían a mi mente...

Me acerqué y te abracé por la espalda, mientras te susurraba al oído cuanto ansiaba un momento así para los dos, en un paraje solitario como éste, sin tener que pensar en otra cosa que en amarte como siempre... Te recostabas de mí suspirando, y el roce bajo el agua despertaba mis sentidos. Mis manos comenzaban a recorrerte lentamente, mientras mis besos comenzaban a invadir tu cuello... El vaivén, lento... constante... permitía un choque divino entre los cuerpos, acortando las distancias entre la fantasía y el deseo...

Te volteaste hacia mí y llenaste mis labios de los tuyos, entre suaves caricias que invitaban a adentrarme en terrenos mas profundos, te apreté hacia mí y bordeaste mi cintura con tus muslos, abrazándome por completo... Adherida a mí, apasionada, libre, deseosa... Me besabas con pasión y mis manos tallaban tu torso recreando espacios, moldeándolos a placer, mientras entre suspiros me mirabas a los ojos entregándome ese brillo tan tuyo, que lograba sacarme de la realidad...

El roce aumentaba y, en vista que aquel lugar estaba destinado sólo para nosotros, fui despojándote de tu bañador...y del mío... y, sintiendo toda tu piel rozándome, la razón se hizo a un lado, para darle cabida al deseo, a la pasión... Sentía el calor de tu vientre y la dureza de tu pecho contra mi pecho, extasiada te balanceabas hacia mí, mientras tus muslos no dejaban espacios entre tu cuerpo y el mío. Libertina eras dueña de mis emociones y mis manos te guiaban por caminos deseosos mientras me fundía en tus entrañas, delicioso y desbocado, tu vientre apresaba mi deseo y lo hacía tuyo, arrancándome suspiros rebeldes en cada movimiento... Mis labios recorrían tu cuello, tus labios, tu hermosa cara, y lujuriosos bajaban a tu pecho, recorriéndolo de este a oeste y de norte a sur, leves gemidos se mezclaban divinos con el leve choque del mar en la orilla... Sentenciado el momento sublime, cedí apasionado a tu entrega, y aquel temblor delicioso en tus muslos me llevó delirante a las profundidades de tu cuerpo, y temblorosos, jadeantes...sonrientes, sellamos en un profundo beso, aquel momento hermoso que mezclaba añoranzas y esperanzas por un nuevo amanecer juntos...

La brisa desaparecía, la tarde caía, los tonos cambiaban. El azul se hacía naranja mientras se conjugaban la noche y el día cubriendo nuestros cuerpos desnudos, sumergidos en el deseo, al ritmo del suave oleaje en aquel paraíso espontáneo.. Abrazados, nos dedicamos a ver aquel atardecer eterno, mientras el mar arropaba lentamente la orilla y nuestros sueños se mezclaban en el firmamento...


Bésame Anocheciendo... Y recordaré tus labios hasta el amanecer...




José Rafael Rivero ® Todos los Derechos Reservados




2 comentarios:

  1. Wow, hermoso y apasionado relato de amor, que me encanto leer y pude sentir cada uno de los sentimientos alli plasmados, me encanto...

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