Que se entere el mundo del sentimiento profundo, que no importa nada más cuando de amar se trata, cuando cada noche caigo consciente entre tus brazos mientras vivo fantasías que no terminan en la aurora, que se avivan con el paso del Sol por el Azul.
Porque tan sólo es amar, una señal, un signo que se hace en el camino infinito de la piel, donde mueres y naces con cada roce, con cada sueño, mientras tu cercanía es la locura de tenerte frente a mi, y desprenderme de ilusiones cautivadas por el viento.
Tu, convertida en luna y nube, abrazando con templanza el valor de un suspiro, el clamor de cada giro de tu torso en mi cintura, mientras cada paso se hace corto y respirarte a mi antojo es en realidad amar como un amanecer que se hace presente entre realidades adornadas con estrellas de una noche que se marcha llena de emoción.
Y es que el amar se impregna, se vive, se lleva, de manera predilecta, como arena donde pisas y se van formando huellas que luego el mar acaricia y se lleva para guardar como recuerdos hermosos de momentos vividos, en el vaivén del suspiro que cada verso le ofrece.
Viviré sintiendo el amor, el amar, en cada tarde, cada noche, cuando luego de en sueños viajar, en el primer suspiro del amanecer, y hasta el último aliento de vida te he de llevar...
Josè Rafael Rivero
@LetrasySentires
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